La cervicalgia es una de las patologías más frecuentes en el deportista que realiza natación. Se le denomina “Cervicalgia” a todo dolor inespecífico de cuello. Debemos prestar atención a dichas molestias, no pueden pasar desapercibidas y debemos darle la importancia que necesita. Los síntomas más habituales en estas disfunciones son: dolores de cabeza, molestias en los movimientos específicos de cuello (pudiendo llegar a perder parte de la movilidad articular), etc. En los casos más graves o en procesos cronificados de la patología, podemos llegar a sufrir migrañas, mareos y vértigos; por lo que podemos deducir que es importante acudir a nuestro fisioterapeuta en cuanto las molestias aparezcan para evitar llegar a estas situaciones, que nos impedirán realizar nuestro deporte de una manera óptima.
El hombro del nadador tiene una estrecha relación con esta patología. Ya que muchas de las estructuras anatómicas implicadas en el movimiento del hombro pertenecen al cuello. En el movimiento del hombro, existen estructuras óseas como la clavícula, la escápula o el esternón donde se inserta musculatura específica de cuello que pueda dar dolor a ese nivel: Angular de la escápula, Trapecio Superior, Esternocleidomastoideo…
Diagnóstico
A la hora de ser atendido por los servicios médicos, el fisioterapeuta realizará una valoración primaria para analizar el rango articular de las vértebras cervicales, inspeccionar la fuerza de la musculatura superficial y profunda de la musculatura, su flexibilidad y la movilidad analítica en los diferentes movimientos específicos de cuello.
Si existe algún tipo de dudas en dicha valoración, el fisioterapeuta puede derivar a un centro médico para realizar pruebas diagnósticas tales como RMN (Resonancia Magnética), Radiografías o Ecografía y así poder descartar otro tipo de patologías de mayor gravedad.
Método de lesión
En cuanto a la biomecánica en la técnica de nado, la estructura cervical se moviliza de una manera repetida en un gran número de veces, por lo que podemos deducir que dichas repeticiones van a ser responsables de las molestias cervicales que el deportista pueda padecer.
En la técnica de “Crawl”, las estructuras anatómicas se movilizan en un solo eje (vertical), por lo que va a realizar el movimiento repetido de rotación. Además, dichas rotaciones no se realizan de una manera correcta en el eje ´puro´ anteriormente mencionado, por lo que es un hecho a valorar en el dolor del nadador. Además de ello, se suele sacar la cabeza para la respiración siempre de manera homolateral; lo que provoca una sobre-solicitación de un único lado de la musculatura del cuello con respecto a la contraria. Por lo que es habitual que uno de los hemicuerpos de la región cervical se encuentra más desarrollado que el contralateral.
En la técnica de “Braza” y “Mariposa”, el movimiento de cuello es mucho más forzado que en la de “Espalda” y en la anteriormente explicada. Las vértebras cervicales van a verse sometidas a un exceso de presión de su disco intervertebral en la región posterior con una gran frecuencia que no agradece nuestro cuello, provocando dolor.
Tratamiento
El fisioterapeuta podrá utilizar la Terapia Manual como base de su tratamiento, para reestablecer los tejidos, tanto óseos como blandos; pudiendo complementar con otras técnicas como la osteopatía, RPG (Reeducación Postural Global), estiramientos de los músculos sobrecargados, fortalecimiento de los músculos más débiles (normalmente suelen ser los de la musculatura profunda), etc.
Además, el fisioterapeuta mandará al deportista unos ejercicios domiciliarios que tendrá que realizar habitualmente para la complementación del tratamiento en consulta.
Por último, sería necesario trabajar la biomecánica de nado (explicado en el apartado anterior) para poder evitar recaídas y tener molestias nuevamente.
La vuelta a la competición sería valorable con el médico deportivo y el fisioterapeuta, aunque es importante saber las sensaciones que tiene el deportista a la hora de realizar los ejercicios en camilla y domiciliarios para poder saber en qué momento de la lesión nos encontramos.
¿Cómo prevenir la Cervicalgia del Nadador?
Se recomienda que las sesiones de entrenamiento sean moderadas, evitando altos esfuerzos continuados durante todo el entrenamiento; alternando con días de descanso.
Debemos tener en cuenta que la musculatura, tras un periodo de inactividad (vuelta tras lesión, vuelta tras vacaciones, etc.), no se encuentra bien preparada, por lo que los entrenamientos posteriores deben de seguir un incremento del esfuerzo y de la intensidad de manera proporcionada.
Los ejercicios de calentamiento previos a la sesión en agua son muy importantes. Debemos dedicarle unos 10 minutos de nuestra sesión de entrenamiento a los movimientos balísticos de movilizaciones.
No debemos olvidar los ejercicios de estiramientos al finalizar la sesión, para evitar todo tipo de retracciones fasciales y musculares a nivel de las articulaciones trabajadas que nos disminuyan la movilidad y nos provoquen rigidez.
Pese a realizar todo lo anterior comentado, podemos sufrir alguna molestia al final los entrenamientos o las competiciones por lo que debemos de prestar atención inmediata a estos y acudir a nuestro fisioterapeuta.
