Un tendón es la porción final del músculo, con características especiales, que se inserta en el hueso.
Dichas características son: tejido muy resistente (formado por colágeno) que transmite las fuerzas de la musculatura para poder movilizar las estructuras donde se une. Además, también es un tejido elástico (contiene elastina) lo que le concierne cierta capacidad de deformación, para transmitir las fuerzas.
La tendinopatía es una patología de mala transmisión de cargas (recepción y emisión de fuerzas) que sufre, en este caso, el Tendón de Aquiles. La fuerza es enviada por la musculatura del Tríceps Sural (formado por el sóleo y los gemelos).
SÍNTOMAS
- Dolor en la parte posterior de la pierna llegando a dar dolor en el talón.
- Engrosamiento en la zona tendinosa del tendón (justo por encima del talón).
- Dolor al tacto o al movimiento.
- Dificultad para permanecer de puntillas o dar un salto sobre esa pierna.
- Rigidez matutina.
CAUSAS
Las principales causas de una Tendinopatía Aquílea, es un esfuerzo excesivo del tendón que se produce de manera repetitiva a lo largo del tiempo: saltos continuos, aumento de la intensidad de entrenamiento de manera abrupta.
La competición o entrenamiento sobre superficies duras aumenta la recepción del impacto que absorbe el tendón, el cual si no está entrenado, puede sufrir micro-desgarros tendinosos acarreando una futura (y posible) tendinopatía.
Realizar actividad física con un calzado inadecuado o poco preparado para dicho uso. La falta de plantillas en pies con un aumento de la curvatura del arco plantar (pie cavo), lo que provocará un desequilibrio de fuerzas, creando así un esfuerzo de tensión en el Tendón de Aquiles.
DIAGNÓSTICO
En un primer momento, a la llegada de la clínica, el fisioterapeuta evaluará si el deportista padece los síntomas anteriormente mencionados.
Para comprobar la hipótesis del diagnóstico, el fisioterapeuta puede solicitar unas pruebas complementarias para poder confirmar dicha lesión. Entre ellas se encuentran, los diagnósticos por imagen como pueden ser: Ecografía (para evaluar tanto el movimiento como el flujo sanguíneo), la Radiografía (para descartar otras enfermedades asociadas como fracturas óseas) y la Resonancia Magnética.
TRATAMIENTO
El tratamiento suele ser conservador: en la mayoría de los casos no requiere de cirugía.
En una fase aguda, la aplicación de hielo durante 15-20min, unas 3 veces al día, va a ayudar a disminuir el dolor y reducir la inflamación local del tendón. Los dispositivos ortopédicos (como una cuña o un alza) en esta fase pueden aliviar a disminuir dichos síntomas agudos por la disminución de la fuerza ejercida sobre el tendón.
En cuanto al reposo, nunca debemos tener un descanso absoluto. Siempre tiene que haber una adaptación de las cargas, lo que implica realizar una actividad tolerable para el tendón, sin generarle daño. Es por ello por lo que el entrenamiento de vuelta a la competición debe realizarse de manera moderada y progresiva, siguiendo siempre el consejo de tu fisioterapeuta.
En la sesión de fisioterapia, se trabajará la musculatura implicada en la lesión, masaje de descarga en los gemelos, sóleo e incluso la parte anterior como los flexores del pie, tibiales y peroneos. La aplicación de Kinesiotape ayudará a la propiocepción del pie para disminuir la tensión sobre el Aquiles.
El trabajo en casa que tiene que realizar el deportista fuera de la clínica consiste, sobre todo en los ejercicios excéntricos que debemos realizar sobre la musculatura del Tríceps Sural. Algún ejemplo de ello es la puesta del pie lesionado sobre una superficie elevada, dejando por fuera (sin contacto con el escalón) la mitad posterior del pie; el ejercicio consiste en dejar caer el peso sobre el talón (superficie no apoyada) y, de manera explosiva, intentar ponerme de puntillas. Este ejercicio debe realizarse en 3 series de 10 repeticiones (3×10), además de que es aconsejable realizarlo varias veces al día.
Otro de los “deberes” que tenemos que realizar son estiramientos de toda la musculatura de la pierna, realizando movimientos balísticos, estiramientos pasivos, trabajo con el rodillo “Foam Roller”, etc.
También hay otras terapias co-adyuvantes a la fisioterapia que pueden ayudar en la recuperación de nuestro deportista, como son las ondas de choque, las inyecciones de factores de crecimiento y la iontoforesis.
En caso de que la vuelta a la competición y el deportista continúe con dolores en dicha zona, se podría sugerir una cirugía para la reparación completa del tendón.
Debemos siempre anteponernos ante cualquier situación adversa que tengamos, por lo que siempre es importante conocer nuestro cuerpo para tener una buena comprensión de lo que nos está pasando para poder involucrarnos plenamente en nuestro tratamiento fisioterápico.