Codo del Nadador
Como hemos hablado en artículos anteriores, el tendón es una prolongación de un músculo que se inserta sobre un lugar óseo. El tendón cobra una importancia puesto que es el encargado del reparto de cargas sobre esa musculatura y el encargado de absorber el mayor porcentaje de fuerza a la hora de la contracción muscular durante el movimiento de la estructura corporal.
La lesión del codo de nadador es una patología tendinosa que se produce en la musculatura del antebrazo denominada “Musculatura Epicondílea”. Dicha musculatura conforma un grupo muscular que se inserta en la zona lateral del codo, llamada “epicóndilo”. Estos músculos trabajan en los movimientos de muñeca y del codo.
Se asocia a la patología más conocida como Codo de tenista, que también afecta a esta musculatura. Produciéndose una inflamación de la misma.
En las tendinopatías se produce una degeneración del tendón (tendones) de la musculatura afectada. Las tendinopatías suelen producirse por una desadaptación de los tendones a la carga soportada a la hora de hacer la contracción. Esta desadaptación puede producirse por una sobrecarga muscular de la musculatura implicada o un exceso de entrenamiento con un insuficiente descanso.
Síntomas
La sintomatología más común es el dolor en la zona anteriormente explicada del antebrazo, pudiendo llegar a ser muy incapacitante para el deportista. Puesto que, a cada brazada, el codo va a generarle dolor.
A causa de ese dolor, el paciente lesionado va a realizar una mala técnica de brazada; perdiendo potencia deportiva y disminuyendo la distancia recorrida en cada impulso del brazo sobre el agua. Para evitarlo, el deportista intentará compensar con otras estructuras corporales que van a ser sobre-solicitadas, como por ejemplo las piernas (mayor potencia de la patada) o un intento mayor del impulso del otro brazo. Esto puede manifestarse, en un primer momento, con sobrecargas musculares de las zonas hiper-solicitadas y, si no son tratadas a tiempo, podrán llegar a ser lesiones músculo-tendinosas (tendinopatías, roturas fibrilares…).
Diagnóstico
Para diagnosticar este tipo de patología, podemos ayudarnos de las pruebas de imagen, como la ecografía, para observar la calidad del tejido músculo-tendinoso y la posible inflamación de los tendones de la zona epicondílea.
Sin embargo, existen otras maneras de diagnosticar este tipo de lesión, con el simple hecho de la observación, palpación y evaluación de la fuerza muscular de esa musculatura por parte del fisioterapeuta.
Tratamiento
Muchos facultativos sanitarios, cometen el error de prescribir reposo absoluto para este tipo de lesiones. Sin embargo, es muy importante no dejar de trabajar la zona lesionada; siempre con un control de las cargas para evitar que la lesión se cronifique.
En este caso, el paciente debe de acudir al fisioterapeuta para tratarle la lesión. El profesional sanitario, podrá emplear diferentes técnicas para la activación y regeneración tendinosa como la EPTE (Electrolisis Percutánea Terapéutica) y EPI (Electrolisis Percutánea Intratisular).
El trabajo fuera de consulta del paciente, también es muy importante en el proceso de curación; ejercicios de fuerza isométrica, concéntrica y excéntrica; control de cargas durante el entrenamiento, etc.
El uso de vendaje durante la práctica deportiva ayudará a repartir mejor las cargas del tendón y evitará que se inflame la región. El fisioterapeuta será el encargado de realizar ese vendaje, aunque en numerosas ocasiones será el deportista (previo a una supervisión por parte del fisioterapeuta) el que se encargue de hacerlo.
Es importante el uso controlado del hielo para evitar la inflamación de la zona. Debemos tener en cuenta que el tiempo de exposición al hielo local en la zona lesionada no debe excederse (tiempo recomendado de 15’): el hielo provoca un cierre de todo el flujo de sustancias que producen la inflamación. Debemos utilizar el hielo como un “controlador” de la inflamación (evitar el exceso de la misma); pero, en ningún caso, debemos evitar que se produzca una inflamación natural, positiva para la ayuda de la regeneración celular de la estructura tendinosa.
¿Cómo evitar la lesión del codo de nadador?
Es importante conocer nuestro cuerpo para poder evitar que algunas de nuestras estructuras se lesionen sin haber un traumatismo previo.
En un primer lugar, previo a la degeneración del tendón, se produce una sobrecarga muscular de la musculatura relacionada con el tendón. En este caso, notaremos una sobrecarga muscular, con mucha tirantez durante el estiramiento, en la región lateral del codo.
Para evitar esta sobrecarga muscular, deberemos tener presente y como rutina, el estiramiento (estático y dinámico) después de la práctica deportiva. Si la sobrecarga muscular ya se encuentra instaurada (notaremos dolor durante la práctica deportiva y no solamente durante el estiramiento) debe ser tratada por un fisioterapeuta.
Si dicha sobrecarga no es tratada por el facultativo sanitario, se producirá la degeneración del tendón (comúnmente conocida como Tendinopatía).
Puede ser recomendable el uso de férulas de descarga para evitar que el tendón se degenere durante la práctica deportiva. Está férula ejercerá una presión sobre el epicóndilo y ayudará a los tendones en el trabajo de soporte de carga.
